El Proceso Artesanal del Café en las Islas Canarias: De la Cosecha a la Taza
- Magistrale Specialty Coffee
- 8 jul
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La producción de café en las Islas Canarias es un proceso que combina tradición y pasión, donde cada paso es realizado manualmente para garantizar la calidad del producto final. En esta finca, el café es cultivado con esmero, y su producción se centra en la recolección de cerezas de café, que se caracterizan por su brillante color rojo, señal de que están listas para ser cosechadas.
El ciclo del café comienza con la flor, que, aunque breve, tiene un aroma increíble que llena el aire de la finca en las primeras horas de la mañana. Esta flor florece y, tras tres días, da paso al desarrollo de la semilla. Con el tiempo, la cereza madura y adquiere su color característico, lo que indica que ha llegado el momento de la recolección.
La recolección es un trabajo que requiere habilidad y cuidado. Se debe ser rápido, pero también cuidadoso para no romper las pequeñas estructuras verdes que se encuentran en la planta, las cuales son cruciales para la producción futura. Aunque el trabajo de recolección ha sido históricamente realizado por mujeres, hoy en día tanto hombres como mujeres participan en esta actividad, cada uno con sus propias técnicas y mañas para asegurar que las cerezas se recojan de manera eficiente.
Una vez recogidas, las cerezas se llevan a los secaderos, donde permanecen entre 20 y 30 días. Durante este tiempo, se realiza la pérdida de humedad necesaria para preparar las cerezas para el siguiente paso: la descascarilladora. Esta máquina separa el grano de la cáscara seca, marcando un hito importante en el proceso de producción.
Es esencial destacar que la producción de café es intensa y laboriosa. Para obtener un kilogramo de café, se necesitan entre seis y siete kilos de cerezas frescas. Esto resalta la dedicación que se requiere en cada etapa del proceso. Además, el café se cosecha en un clima que favorece la maduración; el calor de la región acelera este proceso, lo que implica que los recolectores deben estar atentos a las condiciones climáticas para actuar rápidamente.
El proceso artesanal no se detiene en la recolección. Una vez que el café se ha descascarado, se procede al tostado, un paso que también debe hacerse con cuidado para resaltar los sabores y aromas del grano. En la finca, los productores se esfuerzan por mantener métodos tradicionales que permiten una mayor concentración de azúcares, resultando en un café más dulce y aromático.
Cada taza de café de esta finca de las Canarias cuenta una historia de trabajo duro, dedicación y pasión por el café. Al disfrutar de esta bebida, es fundamental recordar el arduo camino que han recorrido las cerezas desde el árbol hasta la taza. La producción de café aquí es más que un simple trabajo; es un arte que se ha transmitido a través de generaciones y que sigue vivo en cada sorbo.
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